Escribir

Escribir me recuerda al chorro de sangre
que salpica un baño alicatado en blanco.

Dibuja un arco lleno de vida, o de muerte,
perfecto en su estropicio. En su arrebato.

Inmediatamente después se transforma
en una mancha, víctima de un escuadrón
de trapos viejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar :)