Full of Contradictions

Mientras veíamos "El Diario de Noa"
por millonésima vez, tiradas en el sofá,
mi colega suspiró rencorosa justo
en la escena del polvo, esa que
entran mojados en la casa
y se arrancan la ropa, la boca
y todo lo que pillan por el camino.

Al ver cómo caen desfallecidos
sobre las sábanas de algodón
afirma en tono socarrón:
"Eso es lo que necesitamos todas:
un buen empotrador que nos
levante por los aires"

Y yo la miré acusadora pensando:
"Que vulgar, que soez, no es eso
lo que necesitamos. Para nada".

"Creo que prefiero la madurez emocional",
respondí con aire de suficiencia mientras
me encendía otro cigarro. Su mirada era azul.
Por el reflejo de la pantalla, supongo.

Entonces, diez años después.

En el ascensor.
Bajando.
Junto a ese tío.
Que mira la puerta.
Sin pestañear.
Sin decir ni mu.
Pero muy cerca.
Y que huele bien,
Aunque no a jabón,
precisamente,

pienso

"Tal vez
lo que dije
entonces
fue una
completa
estupidez"

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