La sangre se agolpa
en las esquinas.
Los músculos se tensan.
Los músculos se mueven.
Aparecen las curvas en
dedos, caderas, en bocas
y todos los tobillos.
El cuerpo tiembla.
Vive. El cuerpo crece.
Mientras.
Los huesos salen a flote.
Los dientes se muestran.
El paladar duele.
El aire es un lujo.
Pero no te ahogas,
no te hundes.
Todo flota, y es ligero.
No tiene perfil ni forma.
Es una emoción redonda.
Real y concreta,
como la margarita
en el asfalto.
Como un guijarro
en la mano.
Como un guijarro.
En mi mano.
Sin luz.
Pero blanco.
Sin aristas.
Pero concreto.
Sin sombras.
Pero real.
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