Aloes


Salgo a la calle.

La hija de la vecina 

corretea con una Barbie 

en la mano y al verme 

viene a mi encuentro.

Me cuenta que las

plantas de aloe le parecen

dedos de marcianos.

Siempre quise tener 

una conversación así:

qué curioso que se dé

con una niña de ojos

marrones, la hija de

la vecina.


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