Aluminio mate junto a la ventana,
en la oficina y en todos los despachos.
Totalmente ciego a la bisagra desplegada,
eres como un tritón ausente.
Me escupes con los puños de la camisa
que no hay altar para los Grandes Pesares.
Que no tengo opacos los carrillos,
aunque estalle muda en tu moqueta.
Interiorizo mi cólera infinita.
Y la certeza de que todo esto
se te volverá a escapar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar :)