Inside me

¿Vale la pena atender exclusivamente a los reclamos del mundo?
¿o puedo quedarme un rato más entre la oscuridad de mis párpados?
Porque hay cosas que solo veo cuando cierro los ojos,
que solo se me acercan cuando el pecho se calma.
A veces son animales, un potro negro, o gatos amarillos,
que arañan perezosos las paredes de mis pupilas.
Si hace mal tiempo vienen las fieras rozando matorrales,
abriendo una sonrisa dentada a la montaña que los protege.
Otras veces llega el verano con las bengalas encendidas,
los acantilados tienen miles de faros y no hay naufragios ni ahogados.
Y si estoy contenta puedo abrazar el universo,
bailar con las constelaciones, que frías y eternas
se agarran a mi cuello como una bufanda de asteroides.
Me gustaría pensar que tú también ves lo que cuento,
y que has paseado por estos lugares que ahora son comunes.
Y me escribes después para quedar por ejemplo,
cerca de la laguna donde nadan las almas.


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