Verte mirar el móvil mientras frunces el ceño.
Dudar un momento, apretar el botón para desconectarlo.
Perdona, ¿qué decías?
Una sonrisa aliviada, tu voz en mi garganta.
Eso ha ocurrido. Ha sucedido, indudablemente.
Y también antes, tu espalda reclinada.
Las facciones relajadas: tenía toda tu atención.
He visto lo pleno, lo oculto de un instante.
Cada detalle está allí, quieto bajo la vida.
Iluminado por un cielo alucinado.
Esperando ser descubierto.
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