Hay un aire de ternura
que apenas me deja comer.
No hay nada suave en esta paz
pero tiene la promesa de la sangre.
Pura vida que está por llegar.
Cuando llegue el momento
déjame tumbarme en la
oscuridad del cuarto.
Déjame acariciar la
frescura del algodón
y pesar en otra cosa.
Plantas de plástico.
Un calcetín perdido.
Nunca preguntas
sobre los errores
que cometo.
Pero no sé
si me gusta.
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