Te prometo hielo en el zumo de naranja.
Saliva en las hiedras del cuarto.
Pantalones en el asiento trasero.
Te prometo mordiscos rellenos.
Jeringuillas de aguja elástica.
Saltos de gacela sobre las paredes.
Y así será cuando te digo
que ordenaré frente a ti lo prometido.
Pero solo si me dejas por un día
o incluso unas horas
ser tu enemigo.
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