Piano

Suena a cliché. A frase manida.
Cuando te miro. Y te aseguro.
Que estoy lista. Mañana mismo.

Me levantaré sin camisa de fuerza.
Ojerosa y con mangas volteadas.
Para limpiar el verdín del fondo.
Raspar el suelo de las piscinas.
De los agujeros donde me escondo.
En las entrañas que desinfectaré.
Con sangre tibia en los nudillos.
Sudores rítmicos de duro trabajo.
Estropajos en dientes y estómagos.

Todo el día, todo el día, de sol a sol.

Y el atardecer encontraras mi piel tumbada,
pegada al azulejo de reluciente enjabonado,
una luz silenciosa y eufórica sobre mí,
acompañando una nueva risa,
grande como un piano.