Si salimos a buscar espectros,
si al final salimos esta noche,
no hay nada que puedas hacer.
Aunque traigas farolillos
y todas las luciérnagas
crujientes y perfectas,
nadie nos detendrá.
Porque a pesar de
la cordura luminosa,
no vencerás el anhelo
de ver nuestras siluetas
y un llanto breve
agazapado entre
la bruma.
Si salimos a buscar a los espectros,
si finalmente vamos a su encuentro,
verás cómo desaparecemos.
Nos llamarás inútimente
mientras nos adentramos
en este campo del deseo
que solo nos atrevemos
a pisar de noche.
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