El café me sienta mal.
Me provoca acidez.
Pero claro. Aun así.
Lo bebo. Me encanta.
Y luego camino.
Con la saliva amarga.
Y el estomago denso.
Ya ves. Solo un café.
Pequeño. Caliente.
Y totalmente oscuro.
Como tú. Pero claro.
A pesar de todo.
¿Quién tiene la culpa?
¿El café, tú o yo?
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