No sabes nada

Escúchame.
No sabes nada.
Estoy aquí tumbada.
Y no sabes nada de mi.
Del firmamento tirano que me vigila.
Sus estrellas tremendas como sacos de ojos crudos.
Vega, Capella y Deneb con millares de dientes histéricos.
No ves mi noche arrugada, los planetas que me señalan.
Escúchame. No quieres conocer el vacío y su morralla.
Todas las esferas troceadas, forrando cada resquicio.
Un zurcido que me arropa y me estanca.
Del que nada quieres saber.
Y que nunca. Jamás.
Tocarás.