Hay un cabo de vela estirado en la mesa.
Una lumbre muerta en el cuarto oscuro.
Tan solo un cilindro apagado.
Que necesita que prenda la llama.
Nada más que cera durmiente.
Que tiene la esperanza del fuego.
Como yo, quiere arder
de una vez por todas
y dejar de compadecerse.
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