Una plegaria sincera

Lo ves cada mañana,
cómo me agarro al lavabo
con ambas manos.

Rodeada de deudas,
vigilada por los gatos.

Si te juro que puedo fingir fortaleza,
como los gusanos capturados
antes de ser devorados,
¿te sentirás orgulloso?

Si te prometo que puedo protegerme,
dentro de un nido de ramas de espino
que guarda huevos de alondra,
¿permanecerás a mi lado?

No hay nada heroico en inhalar
exhalar, en seguir respirando.

Pero te lo ruego, por favor,
quédate un poco más,
no recojas la mesa.

Así verás las horas frente al texto,
cada mañana de silencio.
Cómo mis dedos se mueven
y los ojos se abren.

Cómo brillo sin descanso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar :)