Compraré esa cabaña junto al mar.
Un reino con tablas de madera
y el embarcadero siempre húmedo.
Salitre blanco en escamas,
tardes de pesca y arenques.
Y guardaré las provisiones
en un arcón congelador.
Junto con nuestras almas,
rígidas como ángeles caídos.
Eres hermosa!
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