Aúllo en la carretera

El que tiene por oficio trocear las reses muertas
no conoce las ventajas de no estar vivo.
Todavía no sospecha que deseo
pudrirme apasionadamente,
que rechazo el cauterio de la carne.

No quiero mirlos blancos
ni desayunar un día más.

El que tiene por oficio trocear las reses muertas
no sabe que proyecto cine mudo en mis parpados:
la noche estira su fosforescencia
y llevo una máscara cosida a la cara
mientras aúllo sobre kilos de nieve.

El que trabaja troceando reses muertas
posiblemente leerá en la autopsia
que me lancé bajo un trailer
procedente de un matadero
industrial de aves.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar :)