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Todavía hay quien se abalanza contra su destino.
Es algo poco frecuente, no quedan muchos.

Podría materializarse en un hermoso ejemplar de 12 puntas,
que desafiando al terror se lanza contra un todoterreno.

Se dirige ligero hacia la luz.
Salta sin dudar sobre la carrocería.

No teme morir aplastado bajo sus ruedas,
porque tal vez el accidente cambie su suerte.

Podría ser mi caso.
Si. Eso es.

Me proyecto hermosa y compacta, con huesos largos.
Soy un ciervo sin pupilas en medio de la carretera.

Cuando la máquina aparezca giraré la cabeza.
Aunque las luces me cieguen iniciaré mi carrera.

Sólo los más sensatos enfrentan su propio exterminio.