Abro la boca y cae una piedra.
Quisiera que fuera de otro modo.
Un lazo suave entre las horas.
Que el limonero esparciera polen.
Tener una garganta insobornable.
Mascar la vida como si fuera goma.
Pero al abrir la boca el mortero cae.
Aparece una explosión en la vajilla.
Y un susurro de beso abatido.
Mi boca es la entrada
al Reino del Silencio.
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