El astillero

¿Recuerdas la devastación?
¿El torrente de agua en los brazos?

Cuando naufragamos en alta mar,
allí donde la vía se abrió
aparecieron cascadas de pánico.

No quedaba nada que salvar y el amor
pesaba doscientos cincuenta kilos.

Entonces recordé que tus hombros
son de madera flotante,
un astillero donde se reparan las naves.

Y que debía recuperar la compostura
rápidamente
si no quería hundirme frente a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar :)