Como una bolsa roja

No debe existir la herida,
las venas jamás deberían conocer la luz.
Quiero ser un paquete cerrado
que no tema a nada, que respire en círculos.

Como una bolsa roja,

rellena de pulpa de tomate o de lenguas alegres.

La cobardía es una aguja larga
que me perfora rápidamente, sin parar,

en el hígado.

Tiene voz ronca y tira de mi manga,
susurra uñas muertas en mi nuca.

La piel no debería ceder,
la sangre nunca debe huir de mi.
Ni mis nervios, ni mis párpados,
ni los tumores enquistados.

¿No era tan fácil mantenerse de una pieza?
¿Por qué entonces salgo de mi?

No lo entiendo.
Me vacío en un charco espeso.

Nadie conoce este drama.

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