Hay lugares al otro lado de la línea,
donde el horror lo aplasta todo.
Donde se preguntan
si mañana vivirán o
si saltaran por los aires.
Y muchas veces saltan,
mueren con los brazos,
con la cara al revés.
Y también sangran.
Y huyen de noche.
Y nadan. O no.
Hay lugares al otro lado de la línea,
de los que no sé nada.
Porque el Dios del Azar
me protege de obuses y metralla
anudando una venda en mis ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar :)